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Es frecuente que las personas con Alzheimer presenten dificultades para dormir, como insomnio o despertares repetidos durante la noche. Esto suele estar relacionado con cambios cerebrales propios de la enfermedad, entre ellos el síndrome de ocaso (sundowning), que genera confusión y agitación al anochecer. Para ayudar a tu madre, establece una rutina de sueño constante, mantén un ambiente relajado por la noche y evalúa el uso de melatonina bajo supervisión médica.
En este artículo exploramos la relación que hay entre la enfermedad de Alzheimer y algunos trastornos de sueño, las causas detrás del insomnio entre quienes padecen de esta enfermedad, y las estrategias que se pueden adoptar para mejorar la calidad del sueño.
ÍNDICE
La relación entre el Alzheimer y los problemas de sueño
Un artículo titulado Sleep Disorders Associated With Alzheimer's Disease: A Perspective, publicado en National Library of Medicine, señala que los trastornos de sueño son uno de los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer y que se pueden presentar incluso antes que otras señales asociadas a esta condición.
Al igual que sucede con otras enfermedades neurodegenerativas, con el Alzheimer los ritmos de sueño y vigilia se alteran significativamente, y por eso las personas pueden experimentar problemas para conciliar el sueño, sobre estimulación en las noches, despertares nocturnos y somnolencia durante el día.
Además, todos estos problemas se agravan a medida que la enfermedad avanza, y se considera que, en las etapas más avanzadas, es un factor predictivo asociado a la mortalidad.
Mayo Clinic también habla sobre esto y explica que los problemas de sueño se presentan en al menos un 25 % de los pacientes con Alzheimer que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad, y en al menos el 50 % de las personas que tienen Alzheimer moderado o severo.
Otro factor que influye en la prevalencia de los problemas de sueño en quienes padecen esta enfermedad es el sundowning, que no es más que un estado de confusión que ocurre al atardecer y que se puede prolongar durante la noche. Cuando este sucede, es normal que las personas, además de tener insomnio y problemas para conciliar el sueño, se tornen ansiosas y agresivas.
Asimismo, se resalta que es más común que los pacientes de Alzheimer tengan problemas de sueño cuando:
- Experimentar agotamiento físico y mental al finalizar el día.
- Tener cambios en los ciclos del sueño y en el llamado reloj natural del cuerpo.
- Estar en un lugar nuevo.
- Tener menos necesidad de dormir, algo que se vuelve común en los adultos mayores.
- Estar en lugares con poca iluminación.
- Tener dolor, hambre o sed.
De cualquier manera, si una persona enferma de Alzheimer empieza a tener problemas para dormir, lo mejor es acudir a un médico para determinar si se trata de algo relacionado a la progresión de la enfermedad o si hay otras causas relacionadas.
¿Por qué los mayores con Alzhéimer no duermen bien?
National Institute on Aging señala que es común que los hábitos o patrones de sueño cambien en las personas con la enfermedad de Alzheimer. En la mayoría de los casos, se trata de problemas que se presentan como:
- Dormir mucho o dormir muy poco.
- Despertarse muchas veces durante la noche.
- Tomar muchas siestas durante el día.
- Experimentar confusión, sentirse agitado y estar cansado.
Las razones por las que sucede esto no están del todo claras, y se siguen haciendo investigaciones sobre el tema. Tal como sucede con otros síntomas como la pérdida de memoria y los cambios en el comportamiento, se sabe que se trata del impacto de la enfermedad en el cerebro.
En algunos casos también hay otros factores que influyen, como la depresión, el síndrome de piernas inquietas y la apnea de sueño, que dificultan dormir y descansar.
Se trata de un problema bastante complejo que no se soluciona consumiendo medicamentos o pastillas para dormir. Además, el consumo de fármacos de este tipo está contraindicado, ya que puede aumentar el riesgo de caídas y accidentes.
Además, los cambios físicos en el cerebro asociados al Alzheimer afectan zonas como el hipotálamo y el tronco encefálico, que son claves en la regulación del sueño. El daño progresivo en estas estructuras interfiere en la producción de melatonina y otras sustancias químicas que regulan la somnolencia natural, contribuyendo a que los patrones de sueño se desordenen con el avance de la enfermedad.
Una investigación de Washington University School of Medicine explica también que las personas mayores que tienen menos sueño de ondas lentas suelen tener niveles más altos de la proteína cerebral tau. Es decir, existen una correlación entre la presencia de esta proteína en el cerebro y los trastornos de sueño en los adultos mayores con Alzheimer.
Para complementar, recomendamos leer uno de nuestros artículos, en el que explicamos cómo detectar el Alzheimer. Si bien no hay medidas efectivas para prevenir esta enfermedad, sí que se pueden tomar medidas para ralentizar su progreso, sobre todo en las primeras etapas.

Causas de insomnio en personas con Alzheimer
Sleep Foundation señala que es común que las personas mayores experimenten problemas de sueño, algo que se intensifica más en quienes padecen Alzheimer. Las razones por las que sucede esto son complejas y los investigadores aún no terminan de identificar qué hay detrás.
Sin embargo, se considera que se trata de una relación bidireccional entre síntomas como la falta del sueño y otros síntomas más generales como la ansiedad, la inquietud, la confusión y el cansancio. Asimismo, la inflamación que produce el daño cerebral puede afectar la calidad del sueño y hacer que las personas tengan problemas para dormir.
El Alzheimer forma parte de una lista más o menos amplia de enfermedades mentales comunes que, como factor común, tienen los trastornos de sueño como síntoma.
Estrategias para mejorar el sueño en pacientes con Alzheimer
A pesar de que no se conocen con precisión las causas por las que el sueño de las personas con Alzheimer se ve afectado, sí se tiene conocimiento de técnicas o estrategias que pueden ayudar a las personas a dormir mejor y recuperar algo de su calidad de vida. Dentro de ellas se encuentran desde hábitos relacionados a una buena higiene del sueño hasta cambios en la dieta y la práctica de cierto tipo de terapias.
Para hablar de esto tomamos como referencia el artículo de Sleep Foundation que recién citamos, en el que se recomienda:
- Seguir una rutina diaria constante: mantener horarios fijos para despertar, comer, realizar actividades y acostarse ayuda a que el cuerpo se regule y que la persona con Alzheimer tenga menos confusión sobre el tiempo.
- Fomentar el ejercicio físico y la estimulación mental durante el día: practicar algunas actividades, hacer caminatas, ejercicios suaves o pasar tiempo al aire libre ayudan a regular el ritmo biológico. Además, juegos de memoria, música o lectura sencilla contribuyen a mantener la mente activa y reducen la somnolencia excesiva durante el día. Para complementar, recomendamos leer nuestros artículos sobre musicoterapia para el Alzheimer y juegos para personas con Alzheimer.
- Limitar las siestas largas: aunque es normal que la persona necesite descansar en la tarde, lo ideal es que las siestas sean cortas, de unos 20 a 30 minutos, y en horarios regulares. Evitar dormir varias horas seguidas durante el día previene el insomnio nocturno y mantiene un mejor equilibrio del sueño.
- Crear un ambiente tranquilo antes de acostarse: disminuir ruidos, regular la temperatura y utilizar luces suaves favorece la relajación. También es recomendable establecer rutinas previas al sueño, como escuchar música calmada o leer, que le indiquen al cerebro que es hora de descansar.
- Controlar la alimentación y la hidratación en la noche: una cena ligera y nutritiva ayuda a conciliar el sueño con más facilidad. En este sentido, se recomienda comer muy pesado en la noche.
- Mantener una iluminación adecuada y un entorno seguro: la luz es un regulador natural de los ritmos o ciclos circadianos y hay que regular la exposición a ella. Durante el día es recomendable pasar tiempo al aire libre y recibir suficiente luz solar, pero durante la noche es necesario que la habitación sea adecuada para dormir.
La efectividad de estas estrategias puede variar de una persona a otra, pero es recomendable valerse de ellas para ayudar a las personas con Alzheimer que están experimentando problemas para dormir.
El acompañamiento médico también es clave. Aunque el uso de pastillas para dormir no suele recomendarse, los profesionales pueden orientar sobre terapias no farmacológicas, tratamientos complementarios y maneras seguras de manejar la situación.

Importancia de consultar a un profesional de la salud
Las personas con la enfermedad de Alzheimer deben acudir de forma regular al médico para evaluar la progresión de la enfermedad. Según Alzheimer’s Society, es necesario que las personas con demencia, incluyendo el Alzheimer, asistan a consulta médica al menos una vez por año.
En caso de que se presenten síntomas como los que mencionamos a lo largo del artículo, relacionados al sundowning o a problemas de sueño, también es recomendable solicitar una cita con el médico.
Un profesional puede evaluar de forma general el estado de salud de la persona, explicar cómo combatir el insomnio en este tipo de casos, y qué medidas se pueden tomar para mejorar su calidad de vida.
Fuentes:
- https://www.sleepfoundation.org/physical-health/alzheimers-disease-and-sleep
- https://medicine.washu.edu/news/decreased-deep-sleep-linked-to-early-signs-of-alzheimers-disease/
- https://www.alz.org/alzheimers-dementia/treatments/for-sleep-changes
- https://www.nia.nih.gov/health/sleep/managing-sleep-problems-alzheimers-disease
- https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/alzheimers-disease/in-depth/alzheimers/art-20047832
- https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5990625/
