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Los gases con mal olor no constituyen por sí solos un signo directo de cáncer, aunque pueden reflejar un trastorno digestivo que, en casos graves y sumado a otros síntomas, podría vincularse con el cáncer colorrectal. Cuando el exceso de gases aparece acompañado de alteraciones en el ritmo intestinal, sangrado rectal, dolor o distensión abdominal, debilidad o pérdida de peso sin causa aparente, podría señalar la presencia de un tumor en el colon. No obstante, lo más frecuente es que se deban a problemas digestivos comunes como intolerancia a la lactosa, síndrome del intestino irritable (SII) o estreñimiento.
En este artículo explicamos a qué otros síntomas se le debe prestar atención para saber si los gases con mal olor están relacionados al cáncer, qué señales pueden indicar que se requiere de atención médica, qué pruebas o exámenes se pueden realizar para obtener un diagnóstico preciso y qué medidas de prevención se pueden tomar para el cuidado del sistema digestivo.
ÍNDICE
¿Qué son los gases malolientes y por qué se producen?
Un artículo de Medical News Today explica que es natural y saludable tener gases intestinales, y que es normal que muchas veces tengan mal olor. Por lo general, se producen debido a una combinación entre el aire que tragan las personas y el gas que producen los alimentos que consumen.
Los especialistas comentan que si bien es cierto que hay condiciones de salud que afectan la cantidad de gases y el olor que estos producen, en la mayoría de los casos el mal olor de las flatulencias se debe al consumo de algunos alimentos o ciertos medicamentos. Es decir, puede haber desde causas graves hasta causas inofensivas que no requieren de atención.
La mayoría de los olores de las flatulencias están relacionados a las bacterias intestinales que producen compuestos que contienen azufre, como el sulfuro de hidrógeno, por ejemplo. No siempre es posible identificar la causa exacta del mal olor, pero es posible que se deba a:
- Las intolerancias alimentarias.
- El consumo de alimentos ricos en fibra.
- La constipación o estreñimiento.
- El Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado (SIBO).
- El malestar estomacal provocado por una intoxicación alimentaria.
- El consumo de medicamentos como laxantes, antimicóticos, estatinas y antiinflamatorios no esteroideos.
- El cáncer de colon.
Como se puede ver, las causas son muy variadas, y el cáncer es tan solo una de ellas. Sin embargo, para determinar con precisión de qué se trata, es necesario tomar en cuenta otros síntomas que se puedan presentar.
Para complementar la lectura, recomendamos leer nuestro artículo sobre alimentos anticancerígenos. En él explicamos de qué manera lo que comemos nos puede ayudar a reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.
Gases malolientes: ¿síntoma de cáncer?
Manhattan Gastroenterology explica que, en algunas ocasiones, la persistencia de los gases o flatulencias con mal olor podría ser un indicador de cáncer de colon. De hecho, es el primer indicador de que algo no está bien en el sistema digestivo.
Para saber si están relacionados o no con el cáncer, se debe prestar atención a otros síntomas que se puedan presentar. Entre ellos se encuentran los cambios en el hábito intestinal, como diarrea o estreñimiento persistente, la presencia de sangre en las heces o dolor abdominal recurrente.
Además, hay que considerar que el cáncer de colon no suele aparecer de manera repentina, sino que se desarrolla de forma progresiva a partir de pólipos o lesiones precancerosas en la mucosa intestinal. En este sentido, prestar atención a síntomas aparentemente menores, como el exceso de gases con mal olor, puede ser clave para detectar la enfermedad en una etapa temprana.
Vale resaltar que la detección precoz aumenta significativamente las posibilidades de éxito en el tratamiento y disminuye la agresividad de las intervenciones médicas necesarias.
Lo mejor que se puede hacer cuando se presentan síntomas como los que mencionamos, además de gases con mal olor, es acudir a un profesional de la salud para realizar los estudios correspondientes. Pruebas como la colonoscopia, los análisis de sangre o de heces pueden ofrecer información valiosa sobre el estado del colon y ayudar a descartar o confirmar un diagnóstico.
A pesar de ser una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, suele haber mucha desinformación sobre el cáncer de colon. Para complementar esta lectura y aclarar algunas dudas sobre esta enfermedad, recomendamos leer uno de nuestros artículos, en el que explicamos si un disgusto grande podría causar cáncer o no.

Otros síntomas a tener en cuenta
Tal como mencionamos antes, para saber si los gases malolientes están relacionados al cáncer de colon, es necesario tomar en consideración cualquier otro síntoma que se presente. Mayo Clinic habla sobre esto, explicando que, aunque puede haber diferencias entre una persona y otra, y que muchas veces los síntomas varían en función del tamaño del cáncer y de su ubicación en el intestino grueso, se pueden presentar los siguientes:
- Cambios repentinos en los hábitos intestinales, incluyendo problemas como diarrea o estreñimiento con más frecuencia.
- Sangrado rectal o presencia de sangre en las heces.
- Molestias persistentes en el área abdominal, incluyendo gases, calambres y dolor.
- Debilidad o cansancio.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Sentir que se ha evacuado de forma incompleta y que el intestino no se vacía del todo.
No se trata únicamente de molestias pasajeras, sino de señales que pueden indicar un problema más profundo en el colon o en el intestino grueso. Por ello, cuando los síntomas persisten durante varias semanas, los especialistas recomiendan iniciar una evaluación médica detallada para descartar la existencia de una enfermedad de base.
Además de los síntomas, se debe prestar atención también a algunos factores de riesgo de este tipo de cáncer. Entre los más relevantes se encuentran tener una edad avanzada, los antecedentes familiares de cáncer colorrectal, la obesidad, una dieta baja en fibra y rica en carnes procesadas, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
En nuestro artículo sobre cuáles son las enfermedades que causa el tabaco profundizamos sobre los efectos que suelen tener este hábito en el cuerpo. Recomendamos leerlo para profundizar en el tema y comprender el impacto que puede llegar a tener en la salud y la calidad de vida de una persona.
¿Cuándo consultar a un médico?
En la mayoría de los casos, tal como comentamos, los gases con mal olor no son un motivo de preocupación por sí mismos, pueden ser algo temporal que se puede controlar a partir de cambios en la dieta y otras medidas relacionadas al estilo de vida.
Solo cuando se presentan junto a otros síntomas como los que mencionamos en el apartado anterior es que pueden estar relacionados a alguna condición médica. Asimismo, se deben tomar en cuenta los factores de riesgo, como los antecedentes familiares de cáncer de colon.
Cuanto antes se identifique un problema, mayores serán las probabilidades de recibir un tratamiento menos invasivo y con mejores resultados a largo plazo. En este sentido, la consulta médica no solo cumple un papel diagnóstico, sino también preventivo, ya que permite implementar cambios en el estilo de vida que reduzcan los riesgos asociados.
La automedicación o el retraso en la consulta pueden complicar el cuadro clínico. Intentar resolver de manera casera síntomas persistentes puede generar un alivio temporal, pero también retrasa el diagnóstico de una posible enfermedad como el cáncer de colon.

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Pruebas y diagnósticos
Para saber si los gases con mal olor están asociados a alguna afección, es necesario realizar algunas pruebas primero. Por lo general, el diagnóstico inicia con una evaluación clínica completa realizada por un especialista en gastroenterología.
El médico suele revisar los antecedentes personales y familiares del paciente, así como el estilo de vida, los hábitos alimentarios y la evolución de los síntomas. Esta primera etapa es clave para orientar qué estudios serán necesarios y descartar causas comunes como intolerancias alimentarias o desequilibrios en la microbiota intestinal antes de pensar en patologías más graves.
Una de las herramientas diagnósticas más utilizadas es la colonoscopia, considerada el método de referencia para la detección del cáncer colorrectal. Este procedimiento permite visualizar de manera directa el interior del colon y el recto, identificar pólipos, inflamaciones o lesiones sospechosas y, en caso necesario, tomar biopsias para un análisis histopatológico.
Además de la colonoscopia, existen otras pruebas complementarias que pueden aportar información valiosa. Entre ellas se incluyen los análisis de sangre, que ayudan a detectar anemia por pérdida crónica de sangre, alteraciones en los marcadores tumorales o signos de inflamación. Los exámenes de heces también son útiles, ya que permiten identificar sangre oculta no visible a simple vista, así como alteraciones en la flora intestinal que podrían explicar la presencia de gases con mal olor.
Todo depende del criterio del gastroenterólogo, quien es el encargado de recomendar las pruebas, evaluar los resultados y hacer el diagnóstico correspondiente.
Resultados en los que se ve que los niveles de biomarcadores como las transaminasas son altos, por ejemplo, pueden ser un indicador de problemas asociados al cáncer.
Prevención y cuidado del sistema digestivo
Healthline señala que las flatulencias no solo son naturales, sino que son necesarias para eliminar desechos y gases del cuerpo. Sin embargo, se pueden tomar algunas medidas para reducir las probabilidades de que tengan mal olor y prevenir las enfermedades que pueden estar relacionadas a este síntoma.
Estas son algunas de las más importantes:
- Cambiar los patrones de alimentación: comer porciones más pequeñas y a un ritmo más lento, ya que esto favorece la digestión y reduce la producción de gases.
- Beber agua con más frecuencia: es clave para mejorar la eficiencia con la que se mueven y eliminan los desechos del cuerpo.
- Evitar las bebidas azucaradas y carbonatadas: el vino, la cerveza y los refrescos influyen significativamente en el olor de los gases.
- Incorporar alimentos probióticos en la dieta: algunos alimentos, como el yogur, ayudan a restaurar las bacterias saludables del cuerpo y contribuyen a una mejor digestión.
Tal como se ve, la alimentación y el estilo de vida tienen un papel clave. En este sentido, recomendamos también leer los artículos en los que explicamos cuáles son los alimentos cancerígenos que se deben eliminar de la dieta y cuáles son los efectos de la nicotina en el cuerpo.
